18 febrero, 2015

Si esto fuese un libro el titulo de este capitulo seria espacios que están por llegar. Lo seguiría la promesa de no volver a prestar un libro, y esto va en serio, quiero que mi persona se conciencia de esto. Y es que hace unos días empece a empaquetar todas esas cosas que he ido acumulando a lo largo de los años, de lo cual me di cuenta que guardo una de basura absurda e inútil y que no se resuelve en unas horas, total que andaba yo creando un asco como de costumbre para llegar a un orden, y pude darme cuenta que ya no poseía algunos de mis libros favoritos, que todos habían sido prestados y no devueltos (excepto el principito que se lo comió Scully una tarde que andaba ella hambrienta y sola por la casa) en fin que no me gustó nada comprobar que eso que yo había prestado no me hubiese sido devuelto, no tengo problema alguno en regalar algún libro mío, me parece mucho mas bonito de hecho que comprar uno nuevo y darlo, esto de entregar algo personal lo he hecho ya en dos ocasiones, pareciéndome un gesto bellísimo y con la sensación de unirme mucho mas con la otra persona, realmente quería entregar algo mío y darlo por completo pero esto de prestar, no es para nada similar, lo haces con la idea que volverá a ti, no pretendes desprenderte de nada, quieres que la otra persona lo conozca pero no que se adueñe, tiene que ser algo así como, tocar la puerta antes de entrar.

Aquel día de cajas necesitaba una guía, veía muchísimas objetos vinculados a demasiadas otras cosas y no tengo voluntad de cargar con todo mas que nada porque quiero dejar muchísimo hueco para todo lo que vendrá, necesito mas papel en blanco, así que comencé a seleccionar lo que vendría conmigo, lo que se quedaba y lo que reciclaría, y en esta parte decidí que no alargaría mas la sombra de nada, de absolutamente nada, que todo lo que estuviese vinculado o relacionado con fantasmas no tendría cabida. Después fui directa a la librería para reponer dos esos libros perdidos, para que volviesen a mi y no permitir que siguiesen siendo ajenos. 

Recuerdo que hace muchísimo tiempo Pablo me pregunto que porque no quitaba ciertas fotos y yo le conteste algo como que era por respeto, me parece ultra feo quitar, romper o tirar la foto de alguien, las personas se pueden herir unas a otras, distanciarse o bien separarse pero no creo que estas razones sean motivos suficientes para llegar a odiar, si yo no encuentro el motivo para despreciar a la persona con la que me hice o a la que le hice dicha foto significa que no tengo ninguna razón para deshacerme de su recuerdo. Ademas que en el momento que se realizó la foto yo quería inmortalizar ese momento. Pero ahora tengo que dejar paso, guardare todas esas fotos en una caja de zapatos y quizás vuelva a echar la vista atrás.